Un informe del Banco Mundial, presentado hace pocas semanas en Buenos Aires, reafirma la gravedad de la situación. Las conclusiones cruzan variables políticas económicas y ambientales, e indican que el proceso se ha desatado, y la productividad agrícola empezará a caer en América Latina entre un 12 y un 50 por ciento en las próximas décadas. El deterioro de los suelos por sobreexplotación y utilización exagerada de agroquímicos es una de las razones
La escasez de agua, la degradación de la calidad del aire y los suelos, el crecimiento y disposición de los residuos, y la producción de energías contaminantes, son los problemas ambientales más graves que afectarán a la población en los próximos 10 años. Al menos, esa es la principal conclusión de un grupo de expertos y representantes de organizaciones dedicadas al estudio y seguimiento de la cuestión ambiental
La diputada nacional y licenciada en economía Fernanda Reyes, agrega que a la alarmante y continua degradación del agua, hoy se le suma una distribución inequitativa: hay millones de personas sin acceso al agua segura para sus necesidades elementales. “Se trata de un bien escaso y lamentablemente se lo usa sin control”, y cita el ejemplo de los millones de litros que utiliza la minería a cielo abierto en provincias como Catamarca o San Juan.

Por otro lado, el incremento de la duración de los períodos de sequía y lluvias, es una de las consecuencias más perjudiciales de los cambios en el clima. Esto representa la mayor preocupación del especialista en meteorología Osvaldo Canziani, quien preside uno de los grupos de trabajo del Panel de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés). Según menciona se está gestando una especie de revolución por el recurso hídrico, habida cuenta de que se ha duplicado el consumo de agua desde principios del siglo XX hasta 1940, y que se ha multiplicado dos veces más a fines del siglo. Esto está indicando que todos debemos informarnos de qué manera podemos darle una solución posible
“Hay que entender que los países industrializados, cargan con una responsabilidad histórica por las actuales concentraciones de gases de efecto invernadero, que causan el cambio climático. Por lo tanto, un compromiso concertado que involucre a América Latina, debe estar basado en la idea de que una mejor gestión ambiental, debe ir de la mano con el crecimiento económico”,
los desafíos que la humanidad tiene por delante en esta materia, posiblemente sean los más grandes del siglo. Para llegar a buen puerto hace falta un compromiso que involucre no sólo a los Estados, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil. Es la hora de la responsabilidad individual. Reconocerlo nos hará bien.


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